La diabetes tipo II a veces viene de la mano con la obesidad. Sin embargo, es posible ganar esta enfermedad sin necesidad de ser obeso. De acuerdo a un estudio realizado a 91 249 mujeres durante 8 años, las que consumieron 1 o 2 bebidas gaseosas por día tuvieron el doble de probabilidades de obtener diabetes que aquellas que consumieron menos de una gaseosa por mes. La alta cantidad de azúcar hace que el páncreas produzca mayor cantidad de insulina para rebajar los niveles de azúcar en la sangre, pero lo hace en exceso y termina quitándole demasiada azúcar a la sangre causando hipoglicemia. El jarabe de maíz rico en fructuosa (HFCS) se ha convertido en el endulzante por los fabricantes de gaseosas al ser mas dulce, económico y fácil de mezclar, pero este contiene altos niveles de compuestos reactivos (carbonillos) que causan daños en los tejidos [3]. Esos carbonillos no están presentes en el azúcar de mesa, pero si están siendo utilizados en las bebidas que muchos tomamos diariamente y se encontró que una sola lata de soda contiene 5 veces la concentración de carbonillos reactivos que la que se encuentra en la sangre de una persona adulta con diabetes.

Existen otras enfermedades causadas por el consumo de bebidas gaseosas en exceso como enfermedades cardiacas, alteraciones renales, insomnio y taquicardia causada por la cafeína, asma o goteo de la nariz por los colorantes, cáncer en la faringe y presión arterial.